Hoy me he dado cuenta de rápido que camino. Mientras me desplazo del punto A al punto B mi corazón debe ir a unas 80 pulsaciones por minuto. Voy al límite de lo aeróbico, aunque no llegue tarde a ninguna parte. Este mediodía de repente, he parado el ritmo. Tuve esa sensación de quietud que notas después del estruendo de un tren pasando, o algo parecido. Como si una ráfaga de viento se hubiera parado en seco.
Dejé mi mp3 para sentir el murmullo de la ciudad de fondo. Hacía sol, mucho sol. La primavera había llegado semanas antes sin apenas hacer ruido. Me dolían los ojos. No había reparado en ello, pero me dolía des de hace mucho. Y se reflejaba en mi mirada, siempre fija, con el ceño siempre fruncido. Trate de abrir los ojos más que de costumbre. Me costaba. Había pasado media vida con la mirada concentrada en un punto con la fría precisión de un rayo láser. Ahora me sentía más despierto, y creía que los demás me veían más amable.
Por un momento he pensado en ti, y en ti, y en que os daría un abrazo al veros, se me iluminaría la cara como un bobo, y os encogeríais de hombros sin saber a qué venía eso. Hoy tenía la necesidad de reconciliarme con el mundo. Sentir las pequeñas cosas. Sonreir sinceramente, no cómo de Lunes a Viernes. Meterme contigo un rato. Y sobre todo, dejar de defenderme de algo que no sé muy bien que es. Porque no hay mayor indefenso que el que se defiende, que el que se cree atacado. Hoy no quiero remover tu mundo, cómo quise hacerlo otros días, sino encajar en él. Se me fueron las ganas de provocarte. Llevo mucho tiempo poniendo toda mi gracia en destruir el mundo. Es mejor ser constructivo. Así somos más los que nos divertimos.
Por un momento he pensado en ti, y en ti, y en que os daría un abrazo al veros, se me iluminaría la cara como un bobo, y os encogeríais de hombros sin saber a qué venía eso. Hoy tenía la necesidad de reconciliarme con el mundo. Sentir las pequeñas cosas. Sonreir sinceramente, no cómo de Lunes a Viernes. Meterme contigo un rato. Y sobre todo, dejar de defenderme de algo que no sé muy bien que es. Porque no hay mayor indefenso que el que se defiende, que el que se cree atacado. Hoy no quiero remover tu mundo, cómo quise hacerlo otros días, sino encajar en él. Se me fueron las ganas de provocarte. Llevo mucho tiempo poniendo toda mi gracia en destruir el mundo. Es mejor ser constructivo. Así somos más los que nos divertimos.
Sean felices,
Ser Romero
Ser Romero
1 comentario:
Bueno, parece ke al final te has decidido, ya tocaba eeee xDDD
Esa misma sensacion de paz en la ciudad es chunga de conseguir, por eso me encanta encontrar sitios escondidisimos en la montaña, solo ke a ti te entran ganar de estar con gente i "abrazarlos" i a mi me encanta estar solo, pero solo de verdad, que en un radio de un par de quilometros nadie que aparezca sepa ni ke estoy ahí ni como llegar
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