A menudo se tiene un concepto idílico de la creación. Os confesaré una cosa. Durante el Bachillerato Artístico, rompí muchos lápices, arrugué un sinfín de hojas, y otras cosas inconfesables… Los que no entienden a qué viene tanto revuelo en medio de la creación, se encogen de hombros y fruncen el ceño al ver al sufridor artista perder los nervios. Quien comprende lo que sucede dentro del alma del creador, disfruta de esa explosión de ira, es un espectáculo. Sabe que de esa fuerza, de esa aversión a la imperfección, a la vulgaridad, puede nacer algo grande.
Las grandes obras nacen del sufrimiento profundo, de la angustia del ser y el no ser. Los escritores escriben porque necesitan decirle al mundo lo absurdo que se siente dentro de este planeta. Los pintores pintan para materializar las imágenes que crea su mente y que sus ojos nunca podrán ver. Y así podría seguir, hablando sobre los anhelos de aquellas personas que viven en tensión con el mundo. Porque el creador no está integrado en el universo como uno más. Su principal cualidad y a la vez su mayor angustia es su falta de adaptación al medio. Dice no, no, no y continuamente no. Quiere más. Es insaciable. Se sentirá siempre desgraciado. Tratará de vivir siempre por encima de su propia vida. Su vida solo tendrá sentido por los momentos en que la gente le aplaude por su obra. Éste será el único momento en el que se reconcilie consigo mismo. Esa satisfacción desaparecerá pronto. Volverá a esa pelea contra todo y contra él mismo en particular para experimentar de nuevo esa sensación de orgullo y trascendencia, motivo de su existencia.
Ser Romero
2 comentarios:
Ese concepto de artista creativo se kedo desfasao cuando aparecio tanto artista modernucho haciendo mierdas a cascoporro, que eso no es creatividad, sino afan por el dinero xD
estas estreñido?
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