jueves, 21 de agosto de 2008

Internet en nuestra casa

Siempre he pensado que la ducha es un gran lugar (o un gran momento) para reflexionar distraídamente, por si se desparrama alguna idea por el jabón que cae de nuestra cabeza. De hecho, si formara parte del departamento de Marketing de Pantene propondría inventar una nueva propiedad que se describiría así: “Brilla tu cabello, y tu mente. El Nuevo Pantene SojaMens (porque hoy todo es gracias a la soja) crea un efecto masaje que estimula el cerebro”. Bueno, después de este enjabonado inciso, voy a lo que voy.
Encontrábame yo en la ducha y entre todas las chorradas que se le pasan a uno por la cabeza (“he de cortarme el pelo”, “un poco de agua fría”, “no saldría de aquí en la vida”, “en realidad no es tan pequeña…”) me quedé con la mas gorda: “¿la convivencia hace que naveguemos menos por Internet?”. No, no me refiero a la convivencia con papá y mamá. Eso no es convivencia. Es verse a la hora de comer en la mayoría de los casos. Me refiero a alguien con quien realmente hayas decidido compartir vida (pareja, matrimonio, fuckfriend, amigo, amiga, desconocido y misterioso erasmus…).
Pensadlo. Cuando vives con alguien a quien realmente te gusta encontrar cuando llegas a casa, se suelen hacer más actividades en común que individuales (pensad un poco más allá de lo primero que se os ha ocurrido). Una de ellas es ver la tele. Y por eso es que aun seguirá viva mucho tiempo. Porque a pesar de que no es el entretenimiento perfecto, esta enfrente del sofá o de la cama, solo requiere apretar un par de botones y si no te gusta lo que ves, puedes criticarlo con el de al lado.
Ahora pensad en Internet. No se si habéis experimentado alguna vez lo terrible que es estar en un grupo de amigos con YouTube delante. Todos dicen a la vez “mira, os voy a enseñar una cosa”, entre muchos intentos de apoderarse del teclado en forma de "a ver, a ver, dejame que...". Y así se pasan horas. Y al final todo se ve a medias porque todo el mundo se interrumpe enseñando o buscando otras cosas. Es algo parecido a una conversación. “Yo aporto esto”, “Pues yo esto” y “Coño, dejadme aportar de una vez”. Esa es la dinámica.
En un texto sobre el futuro de la comunicación de masas, dije que gracias a Internet, el público pasaría de ser “espectador” (consume lo que le echan y si no le gusta apaga y en paz) a “buscador” (busca si lo que quiere consumir está en la red). La busqueda es una tarea esencialmente individual. Cuando no lo es, es fácil que sea más lenta y que acabe derivando a un ítem distinto al original. Por ello, pienso que Internet como entretenimiento es una actividad esencialmente individual. Pero, ¿Por qué?
Por que el PC es demasiado P. Personal para los que se están rascando la cabeza. Es de manejo individual y de visualización incómoda para más de dos. No sé que soluciones se podrían adoptar para que Internet sea un verdadero entretenimiento colectivo como lo es la Tv hoy. Por lo pronto, lo único que se me ocurre, es que hay que diversificar sus plataformas. ¿A quien no le gustaría poder navegar en compañía desde el sofá de caa, con un elegante LCD de 40 pulgadas, una interface agradable y simplificada (enfocada únicamente al entretenimiento) home cinema, un mando con sensor de movimiento tipo Wii y un discreto teclado escamoteable en la esquina del sofá? Pues eso.

Sean felices

Ser Romero

lunes, 18 de agosto de 2008

Menos play es más play


Creo que ya comenté en algún texto anterior que nunca tuve Playstation. Como todos los niños nacidos entre 1985 y 1992 more or less, me moría por pasar tardes interminables en mi lúgubre habitación al margen de todo lo que pasaba más allá de mis 32 bits de felicidad. Pero mi madre se oponía. Nunca he sabido exactamente por qué. Nunca ha tenido un moral especialmente estricta. Supongo que se debía más a temas prácticos como el hecho de que nuestra Tv no tenía euroconector donde conectar el aparato. Y desde luego, no me iba a comprar una tele aparte del dineral que costaba en aquel entonces la consolita del demonio. Después de varios años (si no recuerdo mal la Play salio en 1996) puedo decir, con mucha vergüenza y con temor a recibir varios capones virtuales, “gracias mamá”.
Sí, vale, me aburrí mucho en esos años en los que los demás niños se divertían aporreando botones. Y para más inri, no había otro tema para hablar en clase. En esa época me dediqué a leer todo lo que se me ponía por delante. Y a pensar. A imaginar cosas que desde luego no son propias de un niño de ocho años. Eso me convirtió en la persona que soy hoy (amén). Y doy gracias. Porque siempre podré pensar que podría haber sido muchísimo peor. Conociéndome ahora (tambaleándome entre la mediocridad y vete a saber qué), Dios sabe que podría haber pasado si hubiera tenido la opción de darle al On a la Play para darle al Off a mi cabeza.
Hay infinidad de cocos desperdiciados por una vida llena de horas entretenidamente estériles. Mentes que se pusieron a la altura de los 16, 32, 64, 128 bits de su máquina. Que gran parte de lo que recuerdan se puede meter en unos cuantos KB y un par de millones de polígonos. También están los que decidieron infrautilizar su mente en analógico. Fútbol, básquet, tenis, Formula 1, Moto GP, fútbol, ciclismo, fútbol. Todo esto aderezado con salsa patriótica. Todo pasatiempos para abrir los ojos y desconectar la mente. Muy peligrosos en grandes cantidades. Tan peligrosos que a veces nos desconectan de los pasatiempos que sí nos incluyen a nosotros.
Escribir, pintar, cantar, componer, tocar, bailar, dibujar, follar (¡Oh, no! ¡Ha dicho follar!), actuar, fotografiar (seguro que se me olvida algo). Todo ello requiere que saquemos un pedazo de lo mejor de nosotros, o de aquello que se acerca a lo bueno que tenemos. Nos enseña. Nos enriquece. Y nos exige experiencia. Necesitamos haber vivido antes para hacerlo cada vez mejor. Será por eso que la mayoría de las cosas que hay la lista se me dan tan mal. Asi que me voy a la calle a vivir un rato, que quiero pasar ya de pantalla.

Sean felices, que el verano no es eterno

Ser Romero

sábado, 5 de julio de 2008

La ortografía mola

Escribir bien es cool. Si, en serio, ya no es cosa de filólogos amargados, o quizás es que los filólogos se han vuelto interesantes de repente, no sé, el caso es que tener buena ortografía debería ponerse de moda de aquí poco. Se ha convertido en algo exclusivo ahora que cada vez más gente escribe en lenguaje sms.
No sé si esta pequeña reflexión va hacer que alguien deje de escribir sopas de “x”, “xqés”, “xra” y d+. La verdad, me da igual. Por suerte creo que no viviré lo suficiente para ver horrorizado la primera edición del Diccionario De la Lengua Española en SMS.
Eso si, hay algo que para mí es imperdonable. El dichoso “TQ” y sus múltiples variantes. Tq, tQ, tqm, tkm, ttm, tt… (me sé pocos, debo haber dejado atrás ya la edad del pavo). Vamos a ver. Un sentimiento como el amor. Un sentimiento tan… Bueno, el amor es irracional, no se puede o no se debería describir. Además, no quiero que me veais como un pobre romántico de tres al cuarto. Prefiero que las miles de fans de este blog sigan intuyendo en mi forma de escribir una persona irónica y frívola en la superficie, pero con un gran interior que están locas por descubrir.
A lo que iba, que podéis abreviar el “por”, el “para”, el “por qué”… pero por favor, no está nada bien vulgarizar un sentimiento con un acrónimo. Siempre he pensado que “Te quiero” se dice con todas las letras (incluso con la u de la qu). ¿No tiene más fuerza? “Te quiero”. Comparadlo un segundo visualmente. Interiorizad el mensaje, imaginaos que esa persona tan especial os lo dice de estas dos formas:


tQ

Te quiero

Pensadlo bien. Hay ciertas palabras que son como bombas, y como tales, que menos que hacerlas caer con todo su peso, con todas sus letras. Además, tipográficamente es incluso más bonito. Solo una cosa más. Quizás no sea bueno decir “Te quiero” más de dos veces por semana. Puede que sea mejor esperar a decirlo sólo cuando brota de los labios sin poder contenerse ya. ¿No creéis?

Sean felices, ¡que es verano!

Ser Romero

domingo, 8 de junio de 2008

Remoto

4.15 A.M. Mi querido Focus suena como un gato cabreado por las cuestas de vuelta a casa. A estas horas me da por pensar, por desgracia para aquellos que comparten conmigo esas horas de la madrugada…

-¿Sabes? Creo que en todo lo bueno de esta vida hay que saber poner un límite. Hay que saber cuándo marcharse, cuando ir a por otra cosa. Creo que… (maldito trasto, tendré que bajarlo a segunda…hmmm… ya) creo que las cosas tienen forma de círculo. Sí, todo tiene forma de círculo. El punto más alto y el más bajo se comunican. No es una línea, no. No, es un círculo y entonces, vas subiendo, subiendo, subiendo, hasta que llegas al punto más alto. Entonces, si pasas de ahí, todo vuelve a decaer, y puede llegar al punto más bajo incluso. ¿Qué te parece?

-Sí, es verdad.

-¿Sabes por qué se me acaba de ocurrir esto? Cuando te lo diga pensaras, “menuda chorrada”. Para que veas la vueltas que puedo darle a las cosas.

-A ver, sorpréndeme.

-¿Sabes quien es Barry Gibb?

-Mmmm... no.

-¿El cantante principal de los Bee Gees?

-Ah, vale, sí.

-Vale pues… el otro día, lo imitaron en Muchachada Nui, en una sección que se llama Celebrities. Imitan a famosos y cuentan su trayectoria. Pues el otro día había un gag que decía: “hay que tener cuidado con el falsete, por que si te pasas te se da la vuelta”. Y es una gilipollez, pero mira, si lo aplicas a lo que estábamos hablando… creo que es muy cierto… jajaja.

-Jajaja, qué cosas…

Este diálogo (sí, hago como Platon, utilizo los diálogos para explicar mis pensamientos) me sirve para deciros que no olvidéis nunca este concepto: asociación remota. Asociación remota. Remote Association. Este concepto nos dice que de la cosa más idiota se pueden sacar… cosas más idiotas, aunque no tengan nada que ver. Pero molan. Así que no temáis nunca a ser idiotas. Los verdaderos idiotas son los que no lo han sido en ningún momento.

Sean Felices,

Ser Romero

domingo, 11 de mayo de 2008

Intuiciones

Ayer parecía que no pararía de llover nunca. Fue como si alguien allá arriba hubiera cogido un cabreo monumental y quisiera ahogar nuestra tierra. Paradójicamente, a la inmensa mayoría de las personas nos gusta mirar a través de la ventana en los días de lluvia mientras nos sentimos resguardados de la furia de cielo. A pesar de que ahí fuera el mundo se parece tocar su fin, estamos en paz en el calor de nuestra habitación. El rugido lejano del agua calma las aguas de nuestra propia mente. Y así puede pasar placenteramente una tarde, debajo de una manta o escribiendo, dibujando, pintando e incluso tomando fotos del diluvio de que repica en la ventana.
¿Por qué? ¿Porque nos sentimos tan bien cuando el poder de la naturaleza debería asustarnos, por mucho que estemos resguardados bajo la luz cálida de una lámpara? ¿No debería asustarnos? Quizás es que la tensión entre la quietud de nuestro rincón y la hostilidad del exterior resulta placentera. Puede ser que la clave esté en la tensión. Disfrutamos de las cosas que se contraponen y chocan de frente.
¿Y qué tiene que ver esto con el diseño? Pues mucho, amigo mío. Porque el diseño nace de las intuiciones que tenemos sobre la relación del hombre con su universo. Todo aquel objeto que nos resulta placentero se apoya en algo tan sencillo y a la vez tan profundo como esto. Si tú también quieres ser designer, no lo olvides. Las grandes cosas no se crean con un simple pliego de condiciones técnicas. El verdadero diseño es el que nos relaciona con nuestro mundo de forma tan perfecta que resulta natural. Así que antes de crear, hay que experimentar… hay que experimentar…

Sean felices,

Ser Romero

lunes, 5 de mayo de 2008

En son de paz

Hoy me he dado cuenta de rápido que camino. Mientras me desplazo del punto A al punto B mi corazón debe ir a unas 80 pulsaciones por minuto. Voy al límite de lo aeróbico, aunque no llegue tarde a ninguna parte. Este mediodía de repente, he parado el ritmo. Tuve esa sensación de quietud que notas después del estruendo de un tren pasando, o algo parecido. Como si una ráfaga de viento se hubiera parado en seco.
Dejé mi mp3 para sentir el murmullo de la ciudad de fondo. Hacía sol, mucho sol. La primavera había llegado semanas antes sin apenas hacer ruido. Me dolían los ojos. No había reparado en ello, pero me dolía des de hace mucho. Y se reflejaba en mi mirada, siempre fija, con el ceño siempre fruncido. Trate de abrir los ojos más que de costumbre. Me costaba. Había pasado media vida con la mirada concentrada en un punto con la fría precisión de un rayo láser. Ahora me sentía más despierto, y creía que los demás me veían más amable.
Por un momento he pensado en ti, y en ti, y en que os daría un abrazo al veros, se me iluminaría la cara como un bobo, y os encogeríais de hombros sin saber a qué venía eso. Hoy tenía la necesidad de reconciliarme con el mundo. Sentir las pequeñas cosas. Sonreir sinceramente, no cómo de Lunes a Viernes. Meterme contigo un rato. Y sobre todo, dejar de defenderme de algo que no sé muy bien que es. Porque no hay mayor indefenso que el que se defiende, que el que se cree atacado. Hoy no quiero remover tu mundo, cómo quise hacerlo otros días, sino encajar en él. Se me fueron las ganas de provocarte. Llevo mucho tiempo poniendo toda mi gracia en destruir el mundo. Es mejor ser constructivo. Así somos más los que nos divertimos.

Sean felices,

Ser Romero

domingo, 27 de abril de 2008

Práctica


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“¿yotambienquieroserdesigner?, y donde está el diseño aquí?” Vale, sí. Que a veces publico cosas que no tienen que ver ni remotamente con lo que dije que iba a ser este blog. Así que vamos con un poco de design. Aquí tenéis mi segunda práctica de la asignatura de Diseño. Se trata del anuncio de un teléfono móvil ficticio.
El copy (esto es, el texto que aparece en la pieza) no es mío, que conste. Si no fuera porque se me querían salir los ojos de las orbitas al leer algo tan incoherente i ridículo, me hubiera partido el pecho toda la tarde. “Imagínate sentirte…”. Ole. Eso me recuerda al “cordobés” (si, ese personaje que una vez fue torero) decir aquello de “eh mentazilaze y quereze eh verdá, sano, zé cuerpo, tené potencia, sé felí, querete tu mismo a querete tu muxo, porque quiereh tambien al que tieneh a tu lao y entonceh si que sale todo de verdad de deporte”. Si alguien no lo recuerda, aquí teneis el enlace, no tiene desperdicio: http://es.youtube.com/watch?v=Ig0PQ2IhHZA
Y bueno luego esta eso de “¿recuerdas la experiencia del 3D?”. Ay dios. Para aunar la idea de sentirse con un niño con la experiencia del 3D se necesitan muchas drogas, o ser muy místico, no sé. Ole y ole otra vez. Esas ideas inconexas, agua y aceite, me revolvieron un buen rato las neuronas a ver si encontraban una asociación mínimamente coherente. Entonces apareció en mi mente un joystick, el clásico joystick de las consolas de los ochenta. La fascinación de quien hace unos años fue niño por ese aparato de 8 bits que emitía luces, colores y músicas estridentes mientras uno iba matando marcianitos.
Tuve la estúpida idea de que podría hacer un anuncio que se asemejara a la estética de las piezas que inició Bernbach para Volkswagen y que sigue haciendo la agencia DDB. Aquí tenéis unos cuantos ejemplos: http://www.terra.es/personal2/ignirav/VW.htm , y la pieza que ha pasado a la historia: http://www.typophile.com/files/131803081_e4ec21dbca_6182.jpg . Es fantástico. Composición simple pero impactante. Simple…. e impactante.
Después de un buen rato intentando hacer algo así, de mirarlo del derecho y de revés, me di cuenta de que sólo era un alumno de primero y que para hacer cosas así me quedaban muchas horas de vuelo. Así que se me ocurrió representar la idea de emoción de un niño a través del espiral de colores que aparece en el fondo para darle un poco de fuerza. Repito. La emoción de un niño… la emoción de un niño. ¡No los efectos del LSD, aunque lo parezca!.
Bueno, eso es todo. Sé que este post no ha tenido gracia ninguna, pero este fin de semana no doy más de si. Vendrán cosas mejores, que la primavera aun ha de dar para mucho…

Sean felices,

Ser Romero

miércoles, 23 de abril de 2008

Angustia creadora

A menudo se tiene un concepto idílico de la creación. Os confesaré una cosa. Durante el Bachillerato Artístico, rompí muchos lápices, arrugué un sinfín de hojas, y otras cosas inconfesables… Los que no entienden a qué viene tanto revuelo en medio de la creación, se encogen de hombros y fruncen el ceño al ver al sufridor artista perder los nervios. Quien comprende lo que sucede dentro del alma del creador, disfruta de esa explosión de ira, es un espectáculo. Sabe que de esa fuerza, de esa aversión a la imperfección, a la vulgaridad, puede nacer algo grande.
Las grandes obras nacen del sufrimiento profundo, de la angustia del ser y el no ser. Los escritores escriben porque necesitan decirle al mundo lo absurdo que se siente dentro de este planeta. Los pintores pintan para materializar las imágenes que crea su mente y que sus ojos nunca podrán ver. Y así podría seguir, hablando sobre los anhelos de aquellas personas que viven en tensión con el mundo. Porque el creador no está integrado en el universo como uno más. Su principal cualidad y a la vez su mayor angustia es su falta de adaptación al medio. Dice no, no, no y continuamente no. Quiere más. Es insaciable. Se sentirá siempre desgraciado. Tratará de vivir siempre por encima de su propia vida. Su vida solo tendrá sentido por los momentos en que la gente le aplaude por su obra. Éste será el único momento en el que se reconcilie consigo mismo. Esa satisfacción desaparecerá pronto. Volverá a esa pelea contra todo y contra él mismo en particular para experimentar de nuevo esa sensación de orgullo y trascendencia, motivo de su existencia.

Ser Romero

domingo, 20 de abril de 2008

Vomitera mental

Este blog nació apenas tres meses. Cuatro entradas en tres meses, lo qual equivale a 1,33 entradas/mes. No es lo que se dice una cifra impresionante. ¿Falta de ideas? ¿Miedo a repetirme? ¿Timidez?. No. Agotamiento. Agotamiento mental. Y no por utilizar la mente de forma productiva 16 horas al día. Como tú, querido lector, estoy atrapado. Atrapado en seis horas al día de deformación universitaria y varias horas más de trabajo diario impuesto por un plan de estudios que bien podría haber estado ideado por un obeso y sudoroso propietario de una fabrica de mitad del siglo XIX. Antes el trabajo en las fabricas era alienante. Pues bien, hemos dado un paso atrás. Estudiar también lo es.
Te dan pistas, indicios de lo que es la realidad, pero antes de desatar ese peligroso conocimiento, se aseguran de que resultará totalmente inofensivo. Saben que no se te ocurrirá nunca utilizarlo de forma que puedas cambiar ni una pequeña cosa de este mundo en el transcurso de tu estúpida vida. Y aun así, intentaran convencernos de que formamos parte la puta élite (que va sin acento, pero mola más escrito con acento) intelectual, que para algo “semos universitarios”.
Estoy agotado de hacer cada vez menos. Creo que de aquí cuatro años, si han conseguido lo que se proponen, me costará aun más encontrar las palabras para expresar lo que pienso. Me desarmarán más de lo que estoy ahora. Como a ti. Como a todos.
Y si un día de estos resulto ser un maldito genio, no lo dudaré, a la mierda estudiar. Los genios son los que están lejos de donde se imparte conocimiento. Son los que intuyen algo nuevo que aportar al mundo a partir de la vida misma, porque no necesitan que nadie les de pista alguna. Felicito a los genios que pueden vivir sólo de su envidiable talento, abstraerse del mundo y reírse del sistema (amén).
Toda esta parrafada venía a cuento de que el blog si este blog últimamente no tiene entradas, es a causa de esa sensación de agotamiento y absurdo que me invade (además de la pereza primaveral, que malo es ser mediterraneo, de verdad...). Por si acaso se me pasa un día de estos, seguiré coleccionando ideas en los pocos ratos que aún me da por pensar (esto es, en el tren). Hasta entonces...

Sean felices,

Ser Romero

lunes, 24 de marzo de 2008

Desperados

Os presento mi último trabajo (clica sobre la imagen para verla a tamaño completo). Es una obra conceptual que pretende mostrar los problemas de la sociedad actual, centrándome en la manipulación de los medios de comunicación y en la necesidad de evadirse del mundo a través de una actitud hedonista. La botella de cerveza (marca Desperados), muestra la voluntad de autosatisfacción, de encontrar una motivación dentro de la rutina asfixiante y absurda del día a día. Las pegatinas han sido arrancadas y substituidas por unas marcas de color, con un acabado sucio, áspero. Esto representa la degradación de los valores a costa del placer, representado por la botella. Los trozos de papel de periódico constituyen una crítica a la actual sociedad de información, que nos satura de mensajes que nosotros tomamos sin poder evitarlos. De ahí que se contengan en la botella que nos vamos a beber, sin preocuparnos de los pobres valores que nos muestran los medios de comunicación de masas. Esto se acepta como otra de las diversiones imprescindibles de la sociedad actual. En el papel que sobresale aparece “Elogio de la blasfemia”. Es una forma de reforzar esa idea de la actitud hedonista actual, que pisa todo lo que encuentra a su paso con tal de consumar el placer individual. El fleco de papel hace que el conjunto tenga una forma parecida a los cóctel motolov, dando a entender que esa forma de vida nos puede llevar al desastre. Este texto fue encontrado por casualidad, y representa un homenaje a las obras Merz de Kurt Schwitters, que utilizaba elementos al azar.
La parrafada anterior seria una explicación lógica a mi trabajo si fuera cierta. Pero no. Todo lo anterior era un seguido de ocurrencias para dar significado a algo que no tiene. Un poco como hacen algunos historiadores del arte. Bravo por ellos, que han descifrado mensajes ocultos donde solo había una mancha de color. Así que en lugar de inventarme un sentido de todo esto, os explicaré un poco la historia real.
Era un viernes como otro cualquiera, en un bar como tantos. Pedí una Desperados (es lo único especial que tiene ese bar, que es de los pocos que la sirven) y como no puedo estarme con las manos quietas, le arranqué las pegatinas. Me sorprendió ver que el adhesivo hacia la forma del grafismo de la etiqueta. Se distinguían mas o menos las letras y los dibujos. Decidí llevármela para ver que podía sacar de ese efecto. Cuando el camarero la fue a retirar, le pedí que la dejara, intentando explicar porqué me la quería llevar. Rió y me dijo que no necesitaba explicaciones.
Al día siguiente cogí la botella para ver que podía hacer. Lo ideal hubiera sido hacerlo al llegar a casa, con el subidón de haber tenido la idea, y con alcohol en sangre, pero no era la mejor hora para hacer ruido. Con algo de guache negro y bermellón, empecé a dar capas con pincel y rodillo para luego hacer un lavado y ver que pasaba. El efecto no era tan bueno como pensé que sería, el adhesivo no retenía suficiente la pintura. Así que para que contrastara y destacara más, pensé que debería rellenarla de algo claro. En ese momento vi una pila de periódicos en el suelo. Rellené la botella de papel de diario mientras decidía qué mensaje poner en la boca de la botella. La solución no tardaría en llegar. Mientras iba haciendo pedazos El País del día anterior leí “Elogio de la blasfemia”. “Por qué no” pensé. Y ahí se quedó.
Como veis, no buscaba nada. Sólo experimentación, diversión, hacer algo que quedara suficientemente “chulo” como para poder poner la botella en mi estantería. Y ese es su significado. Sin más.

Sean felices,

Ser Romero

miércoles, 27 de febrero de 2008

Práctica de Indesign: Portada


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Bien, aqui teneis un pequeño ejemplo de mi forma de componer. Es un ejercicio de clase que consistía en hacer una portada de revista de tema libre con Adobe Indesign. Desde luego, no es una rebelación del diseño gráfico. Pero sí que me sirve para comentar un par de cosas.
Cuando hacemos algun trabajo de este estilo, mucha gente puede pensar que fuentes como Arial o Verdana son demasiado normales, que no son chulas. Y sí, por sí mismas, no son chulas. Así que como no lo son, recurrimos a fuentes guays, que por sí solas son muy estéticas. Y entonces hacemos una conjunción de colores y estilos y letras chulas. Entonces olvidamos algo, la visión de conjunto. Hemos creado un caos.
Así que quizás que hechemos mano de elementos más normalitos. Podemos hacer que letras tan aburridas como Arial formen composiciones atractivas. Depende del tratamiento que se le de. En este trabajo se ha utilizado solo Arial Black, y solo se han tocado colores, tamaños e interlineados. Pero eso sí, se han combinado estilos de forma que quede un resultado mínimante estético, pero sobre todo, legible y unitario. Y lo mejor es que rápido de hacer.
Bueno, yo ya he hablado demasiado. Dejo que la imagen hable por sí sola (quizás lo que os diga ella misma contradiga lo que digo yo) y sobretodo, que vosotros hagais vuestra crítica.

Sean Felices,

Ser Romero

domingo, 24 de febrero de 2008

Inventos

En algún lugar leí que “la inspiración está en todas partes. Si no la encuentras, solo has de mirar de nuevo”. No deja de ser una afirmación un tanto típica y simplista, de esas que quedan bien en un nick o como sentencia en alguna conversación. De todos modos, es muy cierta. Para ejemplificar el sentido de la frase que apuntaba al principio, empezare hablando de algo que nos contaron el otro día en clase.
Resulta que el Post-It, como muchos otros inventos, apareció de casualidad. Allá por finales de los 60, un tal Steven Spencer, investigador de la compañia de adhesivos 3M, estava buscando el adhesivo más potente que iba a conocer la humanidad. Fracasó en su intento. En lugar de lo que pretendia, obtuvo un pegamento que se mantenía pero que podía despegarse sin ningun esfuerzo. El experimento quedó archivado en el cajon de los desastres. No fue hasta mediados de los setenta que se recuperó la formula. Art Fry, que buscaba una forma de marcar diferentes apartados de su libro de salmos, utilizó el pegamento para pegar papelitos en el libro. Hizo la prueba y comprobó que podía pegarlos y retirarlos sin que las páginas quedaran marcadas. Habia descubierto una forma barata y limpia de pegar notas en cualquier superficie imaginable y que éstas no acabaran pringadas de cola. Y además, servia para gastar bromas en la empresa. Oh, de repente Art Fry se iba a convertir en la persona más odiada de la empresa. No sólo por forrarse con su invento, sino por sus bromitas. No fue fácil convencer a 3M para que lo comercializara, pero finalmente en 1980 empezaron a venderse por Estados Unidos y un año más tarde en Europa. Había sido un bombazo para la marca. Hoy las oficinas no pueden vivir sin Post-It. Como vemos, la visión de una sola persona convirtió lo que se considerava algo inútil en un gran producto. Las buenas ideas estas en cualquier lugar y en cada uno de nosotros.
Incluso se le pueden ocurrir a un niño. Imaginaos un chaval normal y corriente de nueve años. A esa edad, el chico en cuestión descubre que el futbol ni se le da bien ni le diverte y aun le queda un poco para empezar a fijarse en las chicas. Así pues, dedica su tiempo a devorar revistas de coches. En un artículo sobre crash-test (esas pruebas en la que estrellan coches y comprueban lo seguro que son), ve claramente (¡Hasta un niño de nueve años podía notarlo!) que una de las zonas más dañadas en los choques frontales eran las rodillas por el impacto contra el salpicadero. Si ya existian airbags para proteger el pecho y la cara del impacto contra el volante, ¿Por qué no para proteger las rodillas? Lógico. Lógico incluso para un niño de nueve años aburrido en una interminable tarde de verano. Evidentemente, solo se le podía ocurrir como concepto, sin pensar en los detalles ni en los problemas técnicos que implica (¡Solo es un niño!). Pocos años despues, se desarrolla lo que se llama el “Kneebag” (algo asi como, “bolsa para las rodillas”). En algun otro lugar del mundo, alguien tiene la misma idea y la aplica con éxito. Os confesaré algo. Ese niño fui yo.
Moraleja: el mundo está plagado de pequeñas grandes ideas sin explotar, aunque parezca que ya esta todo inventado (otra frase, como la primera del post, muy manida, pero que queda muy bien). Pueden aparecer de cualquier lugar y de cualquier hecho. Un error, una mala experiencia, una sensación agradable, una tarde de aburrimiento… todo puede ser fuente de inspiración. Cualquiera puede hacerlo. Incluso un niño. Así que no dejeís de preguntaros, de cuestionar, de mirar, y de miraros, que nunca se sabe…

Sean Felices,

Ser Romero


viernes, 8 de febrero de 2008

No soy cool

Definitivamente, no soy cool. Creo que ya estava predestinado a los siete años, cuando todo el mundo tenia un Tamagochi menos yo. Ahí dejé ya de ser guay. No estoy a la última en nada. Soy aquel que busca una camisa negra, lisa, normal, de esas que ya no quedan en ninguna parte. Me indigno cada vez que cojo una de esas camisas a las que le das la vuelta y ves un maravilloso estapado en el que pone chorradas como "North Harbour 62". No tengo iPod, ni PSP, ni DS. Nunca he jugado a la Nintendo Wii. No veo cine alternativo ni he grabado ningun corto. Nunca hice una coleccion de comics. No soy socio del Bicing. Tiré una Sega Master System en lugar de quedármela (o venderla) como objeto de culto. Tengo el mismo corte de pelo que hace dos años. Nunca me atrayeron los piercings ni los tatuajes. Soy un patoso bailando y no se distinguir entre Trip Hop, Electro, Minimal y demás etiquetas sofisticadas. No soy miembro VIP de ningun local. Únicamente tengo dos pares de zapatos y un solo reloj. Y aunque cueste de creer, soy de las pocas personas que aun no tiene Fotolog (esa que rompe la estadística de que el 80% de los jovenes tiene Fotolog y lo deja en un raquítico 79,98%).
Así pues, cada mañana me miro al espejo con el horror de notar esa terrible verdad: no soy cool. Pero se me pasa la angustia al salir a la calle y ver que a pesar de ser no ser cool, también puedo tener una conversación interesante, hacer un comentario ingenioso, criticar la tele, atraer miradas, entrar en cualquier discoteca, o incluso ligar. Y todo eso sin necesidad de gastarme un paston en ropa, estar horas delante del espejo para ver si mi boina tiene la inclinación perfecta para ser guay o ensayar mis frases y mis gestos. No, no intentaré nada de esto, no vaya a ser haga el "ridícoolo".
Bien, pensareis, ¿A qué viene esto? Bueno, a nada. Era una forma de abrir este nuevo blog. Si aun estais interesados por esto, os preguntareis qué os puede ofrecer vuestro humilde narrador. Bueno, no sere yo del todo quien defina el contenido. Su contenido lo marcará básicamente la audiencia (¡Si, como Tele5!). Eso sí, todos los temas iran relacionados con el mundo del diseño y las experiencias de un chico inquieto de Badalona cuya meta es abrirse hueco en ese mundillo a base de golpes de ratón (¡Ni los guionistas de Hospital Central, oiga!). De ahí el título de mi blog. Pues nada, eso es todo, de momento.

Sean felices,

Ser Romero